martes, 12 de enero de 2010

Se acercan las elecciones presidenciales en  Colombia y diferentes candidatos ya empiezan a buscar alianzas para obtener la victoria. El Polo y el Partido Liberal coquetean, mientras que Germán Vargas rechaza cualquier acercamiento con los amarillos. Pero ¿serán posibles estos pactos? Y de serlo ¿hasta qué punto serán útiles?
Porque lo interesante de la política es que nada está escrito: dependiendo de las circunstancias cualquier cosa puede pasar.  Mientras unos pueden puntear las encuestas a meses de los comicios, el día de la votación los resultados pueden ser los que no se preveían. Sin embargo,  ya que estamos a inicio de año (época de predicciones y horóscopos), quiero imaginar lo que podría pasar en el 2010:
La teoría que parecen defender algunos es que “la oposición debe llegar unida” ante un posible enfrentamiento electoral contra el presidente. Y para ser honestos, y de esto estoy completamente seguro, si Uribe puede presentarse como candidato, no cabe la menor duda de que será reelegido. El solo hecho de conseguir los votos suficientes para aprobar el referendo (superando el abstencionalismo al que convocaría la oposición) dejaría en claro qué es lo que quieren los colombianos.
Pero, suponiendo que el Presidente no puede aspirar a su tercer periodo, nos vemos ante una campaña de dos bandos: los uribistas contra los antiuribistas. Y es ahí donde las alianzas tendrían gran importancia. Por un lado estarían los conservadores (cuya consulta sería ganada por Andrés Felipe Arias), el Partido de la U con Juan Manuel Santos, y Germán Vargas Lleras. Mientras que los liberales encabezados por Rafael Pardo, y el Polo con Petro, serían los candidatos de la oposición.
También estarían los llamados independientes, que, en teoría, no se unirían con ninguno de los dos bandos (¿no son acoso “independientes”?).  Sin embargo, no parece posible ver a Antanas Mockus, Sergio Fajardo o Lucho Garzón en una segunda vuelta, y mucho menos ganando en primera.
Veríamos entonces las consultas interpartidistas, que se realizaría entre candidatos afines con el propósito de llegar “fuertes” contra su opositor.  Pero la política no es simplemente suma, y los perdedores no siempre apoyan a quienes les ganaron. El Polo podría ir a consulta con el Partido Liberal, inclusive ganarle, pero no por eso  sumarse automáticamente millones de votos rojos. De hecho, de esa alianza se retirarían miles de liberales que   podrían relacionar a Petro con la guerrilla o con Chávez, y apoyarían al candidato del otro lado.
Antes está posibilidad, y siguiendo la idea de que los colombianos quieren la continuidad de las políticas de Álvaro Uribe Vélez, el próximo presidente de la República sería Juan Manuel Santos (que con cada ataque de los vecinos bolivarianos al  país, ganaría más popularidad).
Es posible, o por lo menos tiene lógica, sin embargo, no dejan de ser especulaciones. En 3 meses la situación podría ser radicalmente opuesta, y de eso nos daremos cuenta sólo con el pasar del tiempo. Por el momento, estoy convencido de es lo que pasará en las elecciones presidenciales del 2010.

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