jueves, 23 de julio de 2009


"Dios nos libre de una guerra (...), pero eso no depende de nosotros (...). ¡Estamos listos para morir, pero Venezuela jamás de los jamases volverá a ser colonia yanqui ni colonia de nadie!” Dijo Chavez.

Yo modificaría esa frase por un simple : "Dios nos libre de Chavez, demente paranoico que no le preocupa iniciar una guerra".

Era extraño que Chavez no se pronunciara en contra de la presencia de militares estadounidenses en colombia, sabiendo la obsesión que tiene el mandatario venezolano por una supuesta invasión gringa en su territorio.

Ahora, previniendo lo que sería una supuesta agresión del "imperio", la "belleza de vecinito" que tenemos los colombianos, anuncia aumentar, aún más, su poderío militar mediante la compra de armas y demás instrumentos de guerra a Rusia.

¿No sería mejor que destinara el dinero que piensa usar para la guerra en el beneficio de los mas pobres de Venezuela? ¿No seria mejor una lucha contra la pobreza, que un enfrentamiento militar contra un pueblo hermano? Creo que eso tiene mas lógica.

Desafortunadamente los actos de Chavez no son los mas cuerdos dentro de los presidente latinoamericanos. Con Bush o con Obama, Chavez siempre atacará al "imperio" y al "imperialismo Yanqui (aunque ese discurso parezca de guerrillero de los 70).

4 comentarios:

Abril Lech dijo...

Sería mejor que latinoamérica se pusiera de acuerdo para no permitir que nuevamente la dividan. Todo me parece armado desde otros paises que saben que cuando América encuente un reumbo político no habrá continente que la supere. Por eso nos prefieren peleando...

Deprisa dijo...

Chavez vive anclado en el pasado guerrillero. Se cree un Ché Guevara moderno con la única diferencia que el pueblo le importa dos narices.

¿Acaso le preocupa la pobreza, la falta de recursos o las injusticias?

Vive obsesionado con los gringos, obsesionado con que van a invadir "su país" (el cual parece se quiere quedar en propiedad).

En fin, cada uno con sus delirios.

Un saludo.

P dijo...

La vida es esto. Prestémosle atención a los
detalles. Al calorcito humeante del pis, a sacar la basura, a viajar apretados
en colectivo. Si no disfrutamos eso, ¿qué nos queda?

marc dijo...

Es pesadito...